Ajustes en el camino
- Pastor Otoniel Font

- Dec 22
- 2 min read
En la vida, hacer ajustes no es una señal de debilidad ni mucho menos una falta de fe; es una evidencia de madurez espiritual. Todos hacemos planes, soñamos, establecemos metas y trazamos rutas, pero en el trayecto entendemos que no todo ocurre como lo imaginamos. Ajustar no significa rendirse, significa aprender a leer el momento, discernir la temporada y reconocer que Dios sigue obrando aun cuando el plan original cambia. La fe auténtica no se aferra con necedad a una sola forma, sino que confía en Aquel que guía el proceso.
Muchas personas confunden fidelidad con terquedad. Creen que si dijeron algo una vez, no pueden modificarlo sin fallarse a sí mismos. Sin embargo, la vida no funciona así. Cambiar una estrategia no invalida una promesa; al contrario, muchas veces la protege. Dios no nos llama a ser rígidos, sino obedientes. Cuando insistimos en mantener un plan que ya no responde al propósito, lo que realmente hacemos es resistir el ajuste que Dios quiere producir en nuestro carácter.
Dios trabaja con nosotros de manera progresiva porque nuestra mente no puede comprenderlo todo de una sola vez. Si Él nos mostrara el panorama completo, probablemente nos paralizaríamos. Por eso nos guía paso a paso. Hoy nos da una instrucción, mañana otra. No porque esté improvisando, sino porque nos está formando. El proceso requiere confianza diaria, no una seguridad total del futuro. Caminar por fe implica aceptar la incertidumbre como parte del crecimiento.
Por esa razón, hay quienes buscan desesperadamente respuestas inmediatas en horóscopos, cartas o adivinaciones. No soportan no saber qué viene después. Quieren control, no dirección. Pero la vida con Dios no se trata de controlar el mañana, sino de obedecer hoy. El problema no es no saber lo que pasará, el problema es no estar dispuesto a ajustarse cuando Dios cambia la ruta para llevarnos al destino correcto.
Dios no siempre revela el lugar final desde el inicio. Muchas veces solo dice “ve”, y en el camino va aclarando el propósito. Así nos enseña dependencia, humildad y sensibilidad espiritual. Cada ajuste nos acerca más a lo que Él diseñó, aunque no lo entendamos de inmediato. Cuando obedecemos el paso de hoy, Él se encarga de mostrarnos el de mañana. Vivir así no es inseguridad, es fe en movimiento.
El mensaje está disponible acá




Comments